Los paramilitares siguen actuando con la anuencia del Estado

 Pese a las múltiples constancias de la Comunidad de Paz, en las que denuncia la presencia paramilitar en el corregimiento de San José de Apartadó y las violaciones a los derechos humanos de los y las habitantes de la región, el gobierno colombiano sigue ignorando y minimizando la gravedad de la situación.

Resulta preocupante que los paramilitares no solo sigan amenazando a la población, sino que además aumentan en número y sus estrategias de terror. No obstante, son testigos de este accionar violento las organizaciones sociales y organizaciones internacionales que han escuchado los testimonios que narran lo vivido.

Hace menos de dos meses, una misión internacional  en el marco del 20 aniversario de la Comunidad difundió un informe preliminar que en su punto cinco da cuenta del riesgo en que se encuentra esta región entre otras del país.

Mostramos con temor y gran preocupación, el incremento de presencia paramilitar en la zona. La propia Comunidad, registra las amenazas y agresiones que sufre y observamos, que estas aumentan respecto al periodo anterior a la firma de los Acuerdos de Paz. Desde septiembre de 2016, hasta el 23 de febrero de 2017, un total de 88 agresiones han sido denunciadas por la Comunidad, lo que supone una media de una agresión cada dos días. De este registro comprobamos que el 65% de ellas han sido realizadas por grupos paramilitares, en concreto por el grupo Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), lo que nos reafirma en el aumento de dicha presencia[1].

Y no deja de sorprender que esta nueva acción de terror en la región, ocurra a tan pocos metros de las guarniciones militares impuestas por el gobierno dentro del caserío. Es necesario recordar que “la instalación del puesto de Policía en San José ha podido suponer el incumplimiento por parte del Estado colombiano de las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que no fue una medida planificada con la comunidad como lo exigía la Corte[2], adicional a ello, existe un campamento del ejercito nacional junto a la Escuela educativa infracción al Derecho Internacional Humanitario, porque es un bien civil que debe estar fuera del conflicto.

La Historia Vivida de la Comunidad y de los pobladores de la región, dejan claro porque hoy la población continúa con la incertidumbre de la guerra, pues los constancias públicas desde hace 20 años una y otra vez denuncian esta barbarie que se perpetua en el tiempo.

Hemos sufrido masacres, como la ocurrida en abril de 1999 en la que fueron asesinados tres miembros de nuestra comunidad; la de febrero de 2000 en que fueron asesinados cinco miembros de nuestra comunidad; la ocurrida en el caserío de La Unión, caserío donde retornaron familias desplazadas en 1998, en la que fueron asesinados seis miembros, varios de ellos líderes de la comunidad. La última masacre fue perpetrada el 21 de febrero de 2005 y en ella asesinaron a uno de nuestros líderes históricos, Luis Eduardo Guerra, con su familia, como también a Alfonso Tuberquia, líder de La Resbalosa, con su esposa y sus niños y un trabajador.

En varias oportunidades, operativos conjuntos de militares y paramilitares han ocasionado desplazamientos, como los realizados en marzo de 1997 cuando desalojaron todas las veredas; el realizado en septiembre de 2001 a la vereda La Unión, cuando también asesinaron a un miembro de la comunidad; los realizados contra La Unión entre junio y octubre de 2002. Entre 2003 y 2004 hubo siete desplazamientos de familias de las veredas Mulatos y Resbalosa. Además, tres de nuestras mujeres fueron violadas por militares. Estos mismos protagonizaron quemas de viviendas, como la realizada en marzo de 2001 en San José y la quema de la escuela y de varias casas en la vereda de Mulatos en 2002 y en 2004.

Hemos sufrido también bloqueos económicos por causa de retenes paramilitares y militares que impiden el acceso de alimentación y transporte de la comunidad, colocándola en situación de hambre y aislamiento, como los bloqueos ocurridos en 1997, en 2000, en 2002, en 2003 y en 2004. En varios asaltos a mano armada protagonizados por paramilitares que han confesado trabajar bajo la guía de altos oficiales de la brigada 17 del ejército, nos han robado dinero, en cantidad para nosotros significativa, fruto de la comercialización colectiva de algunos productos.

Soportamos amenazas continuas y estigmatizaciones, diciéndonos que nos van a acabar y a seguir masacrando. Hacen prácticas de tiro contra nuestras casas y dejan explosivos en nuestros cultivos. Muchas veces han militarizado nuestros caseríos y a punta de golpes y amenazas han obligado a algunos tenderos a violar nuestro reglamento, vendiéndoles comida.”[3]

Difundimos a continuación la constancia de la nueva agresión contra la Comunidad

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¿PODRÁ CONCEBIRSE MAYOR CINISMO?

Por la CDPSANJOSE

De nuevo  nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad  de dejar constancia ante el país y el mundo de los últimos hechos en contra de nuestro proceso de vida y de los derechos de la población de nuestro entorno.

Ya hoy en día los militares patrullan por las veredas de San José y frecuentemente se reúnen con los grupos paramilitares; cuando no se pueden realizar esas reuniones, entonces se comunican con disparos al aire, significando  que están ahí para no equivocarse y hacerse daño entre ellos, pues es clara la alianza que hay entre esas estructuras paramilitares y las brigadas del ejército.  Es tanto el cinismo de los gobiernos locales al manifestar que no hay paramilitares en San José de Apartadó, que hay que preguntarse: ¿entonces estos grupos armados que le hacen tanto daño a la región y que superan los 50 hombres por vereda, cómo se llaman? Están llegando a las casas, robando animales y dinero y nadie dice nada porque las amenazas paralizan a la población. Ya son centenares de constancias las que hemos dejado sobre toda esta barbarie de opresión y de muerte que vivimos y no ha habido una sola medida para detener este fenómeno paramilitar; por el contrario, la fuerza pública se coordina con los jefes paramilitares para someter a los campesinos a sus intereses y a sus criminales proyectos. Los últimos hechos son los siguientes:

  • El sábado 24 junio de 2017 un grupo de paramilitares llegó a la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartadó. Al llegar interceptaron a varios pobladores a los cuales les manifestaron que ya tenían negociada una finca en la parte alta de la vereda para colocar allí una base de control paramilitar, le gustara al que le gustara. Luego se alejaron y se internaron en la montaña.
  • El viernes 30 de junio de 2017  un hombre que se identificó como paramilitar, portando arma corta y radio de comunicación, entró en nuestro asentamiento Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos, del corregimiento de San José de Apartadó, y allí preguntó: ¿cómo se llama este lugar?  Los miembros de nuestra Comunidad que estaban allí le exigieron respecto, pues estaba ingresando armado a una propiedad de la Comunidad de Paz, explicándole que nosotros vivimos aquí y no convivimos en ningún momento con actores armados. Dicho paramilitar, ya enojado, preguntó por un hombre que tiene unos perros de oreja larga; por una señora que tiene dos hijas parecidas y por el presidente de la junta de acción comunal de la vereda, pues iba para donde ellos, donde se encontraba una tropa de paramilitares.
  • El domingo 2de julio de 2017, a las 14: 40 horas, un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda La Resbalosa, del corregimiento de San José de Apartadó; allí reunieron a los pobladores y se presentaron como “Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”. Uno de ellos se presentó como jefe político encargado de convencer a los pobladores para sostener allí los puntos de información; otro se presentó como jefe de tropa, más conocido como “El Rayo”; otro se presentó como comandante de puntos. Luego presentaron a una persona de civil como “un punto” (informante) del sector La Rica, entre Naín y La Resbalosa, Córdoba.  Dicha reunión fue forzada, violando todos los derechos de los campesinos.  Les manifestaron que van a colocar un “punto” en la vereda, a lo cual la gente dijo que no, por todos los problemas que esto conlleva para población civil. La respuesta de los paramilitares fue: “gústele o no, vamos a colocar aquí un punto y si nos toca comprar un terreno y construir una casa para ubicar a nuestro informante, lo haremos, pero la junta de acción comunal tiene que ubicarlo como una familia más de la vereda; además no hay problema si lo capturan, pues tenemos todo coordinado con los militares y con la Fiscalía para que no dure más de 24 horas capturado. De igual manera reafirmaron que, “vinimos para quedarnos y queremos a todos organizados,  trabajando para nosotros, por lo que no queremos sapos que anden informando sobre nuestra presencia”. Allí ofrecieron pagar bien a todo aquel que quiera trabajar con ellos, pues les dictaron los números de contactos para que informen cualquier presencia armada o civil que les haga tropiezo para tomarse las veredas, de igual manera arremetieron nuevamente en contra de nuestro proceso de Comunidad de Paz, manifestando que, ”por la comunidad de paz no hay que preocuparse porque ya están en el plan de exterminio, y en vez de brindarle información a la Comunidad en contra de nosotros mejor anden detrás de ellos sacándole  información para nosotros”
  • El lunes 3 dejulio de 2017 se realizaron desembarcos militares en las veredas La Esperanza, Mulatos y La Resbalosa, del corregimiento de San José; allí se pudo constatar una vez más la complicidad que hay entre estas estructuras paramilitares y la brigada 17 del ejército, pues durante los desembarcos los paramilitares hacían disparos al aire para que los helicópteros supieran dónde se encontraban ellos y nos les hicieran daño alguno.
  • El jueves 6 de julio de 2017 en horas del día, un grupo de paramilitares fuertemente armados llegaron a la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó,  allí dejaron panfletos escritos en la pared de la escuela, en las cercas de los alambrados, encima de animales y árboles, resaltando el avance paramilitar; esos escritos llevan la sigla AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y añaden la consigna: “presente, y venimos para quedarnos”). al día siguiente las instituciones del Estado (ejército, policía y fiscalía) entraron a la vereda; entre ellos iban el Coronel Antonio José Dangón, de la Brigada 17 del ejército, y el Coronel de la policía de Urabá, Luis Soler. Allí nuevamente lo único que hicieron fue poner nuevamente a la población civil en riesgo, pues empezaron a censar a ls familias, entrando a las casas sin autorización, en una práctica proscrita por la Corte Constitucional y forzando a las personas a dar sus nombres. ¿Será que para la Brigada 17 la población civil son los paramilitares?  Hasta dónde llegan los gobiernos nacionales y locales con tal de proteger a esos grupos paramilitares: dejan números de contacto para que informen de presencias armadas, cuando es claro que el campesino no está en la guerra y rechaza cualquier información que lo comprometa en el conflicto armado. Se pudo comprobar que la fuerza pública lo único que hizo allí fue cuidar los escritos dejados por los paramilitares y permanecer entre las casas de los civiles poniendo en riesgo a niños y a adultos  que ahí viven. También acamparon en los cultivos de pan coger, dañando lo que con tanto esfuerzo el campesino cultiva. Después, por los medios de comunicación, salieron estos coroneles de la brigada y de la policía afirmando que todo está en calma; que no hay peligro en La Cristalina. Qué gran mentira!, pues es claro que en las veredas de San José hay una fuerte presencia de grupos paramilitares amenazando, robando, cobrando vacunas y colocando sus “puntos” de información para controlar las zonas.
  • El viernes 7 de julio de 2017   en horas de la mañana, fue realizado en San José de Apartadó un falso acto de perdón, por parte de un reconocido paramilitar que fuera el comandante del Bloque Héroes de Tolová, por la masacre del 21 de febrero del 2005 en Mulatos y La Resbalosa, de San José de Apartadó. Dicho acto dejó más confundidas a las víctimas, pues el paramilitar no dijo la verdad sobre los hechos ni respondió a las preguntas de las víctimas sobre los nexos existentes entre la Brigada 17 y funcionarios de la Presidencia en la masacre;  su respuesta fue: “yo vengo muy limitado para responder”.  Lo que dio a entender fue  que todo fue coordinado por la brigada 17 y la policía, para que sólo contara lo que le convenía a las instituciones del Estado. También colocaron una falsa placa de reconocimiento de la masacre y de memoria de las víctimas, donde se lee: “En memoria de nuestros familiares que no olvidamos:  Luis Eduardo Guerra,  Beyanira Areiza Guzmán, Deiner Andrés Guerra Tuberquia, Alfonso Bolivar Tuberquia, Sandra Muñoz Posso, Natalia Tuberquia Muñoz,  Santiago Tuberquia Muñoz y Alejandro Pérez Castaño, víctimas de la masacre de San José de Apartado  ocurrida el 21 de febrero de 2005 en el marco del conflicto armado colombiano por el grupo  paramilitar Bloque Héroes de Tolová. Porque en San José de Apartadó construimos armonía y paz”.  Sólo se hizo referencia allí a la culpabilidad de los paramilitares y no se refirió a ningún funcionario del gobierno. Por esa razón nosotros nos preguntamos:  ¿dónde está la culpabilidad de la Presidencia de la República y de la Brigada 17 que fueron los que ordenaron perpetrar esta masacre en conjunto con los paramilitares?
  • El lunes 10 de julio de 2017 , cuando Ruby Arteaga, integrante de nuestra Comunidad, se disponía a llegar a su casa en la vereda Mulatos, de  San José de Apartadó, se encontró con que se habían entrado a su casa y le habían robado 50 kilos de arroz, 20 litros de miel de caña, 10 gallinas y un radio Sony FM-AM . Se le atribuye este hurto a los grupos paramilitares que son los que han estado haciendo presencia en las veredas, robando animales, dineros y mercados en la casas solas, pues los dueños se encuentran por fuera haciendo sus diligencias personales; además nunca se había perdido nada en Mulatos y desde que entraron los grupos paramilitares apoyados por la fuerza pública se han ido perdiendo los enseres de los campesinos.
  • El martes 11 de julio de 2017  nuevamente aparecieron los escritos de los paramilitares en paredes de viviendas campesinas. Esta vez fue en el propio caserío de San José de Apartadó donde amanecieron escritos en 25 viviendas y nadie vio a nadie. Además en este corregimiento hay una base militar y una estación de la policía a escasos 100 metros, ¿cómo es posible que un lugar tan militarizado amanezca marcado por la presencia de los paramilitares? No cabe duda que la fuerza pública, ejército y policía, están aliados con estos grupos para someter a la población al terror. Ya el pasado jueves 6 de julio los paramilitares dejaron sus escritos en las paredes, animales, árboles y portones en la vereda La Cristalina y la fuerza pública dijo por los medios que todo estaba tranquilo y no había peligro; ¿lo que pasó el, 11 de julio, en San José, cómo lo van a cubrir?   ¿también está todo tranquilo?

Nuestra Comunidad Paz ha sobrevivido por más de 20 años en medio de amenazas, desapariciones, torturas y muertes pero aún seguimos, gracias a nuestros principios y reglamentos que son los que nos han fortalecido en nuestra resistencia y vida comunitaria.

Agradecemos de nuevo toda la solidaridad internacional que nos han acompañado política y moralmente desde muchos lugares del mundo y que ha creído en nuestro proceso comunitario y se ha esmerado por intentar intermediar ante los gobiernos en defensa de nuestras vidas. Siempre seguiremos  dejando constancia de todos los atropellos y violaciones a los derechos humanos por parte del Gobierno con sus estructuras paramilitares.

Comunidad de Paz de San José de Apartadó

Julio 12 de 2017

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[1] Link: http://www.lapluma.net/es/images/stories/documents_periodicos_app/Informe%20Preliminar%20de%20la%20Comision%20Europea%20de%20Verificacion%20de%20DDHH%20en%20Colombia(1).pdf

[2] Link: http://www.javiergiraldo.org/IMG/libros/toga_y_fusil.pdf

[3] Link: http://cdpsanjose.org/node/14

 

 

 

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